La construcción del Desarrollo Local en Haití: Actores, Estrategias y Nuevas modalidades de intervenciónde Junior FANFAN| JobPaw.com

La construcción del Desarrollo Local en Haití: Actores, Estrategias y Nuevas modalidades de intervención



La construcción del Desarrollo Local en Haití: Actores, Estrategias y Nuevas modalidades de intervención

Junior FANFAN, Agro-economista, M.Sc

I.-Introducción
El desarrollo es un proceso de creación, retención y distribución de las riquezas en un territorio progresivamente controlado por el conjunto de sus habitantes (Barreiro, 2000). El desarrollo local es un proceso sobre todo de movilización de los actores locales. El desarrollo de un territorio pasa necesariamente por la movilización de los actores locales de este espacio alrededor de proyectos comunes. La movilización supone una fuerte coherencia entre individuos y entre grupos, una armonización de los intereses que favorece la integración de las iniciativas locales. El desarrollo local refuerza la identidad y la cohesión sociocultural, crea espacios de cooperación, diálogo, reflexión y creatividad, constituyendo también una alternativa a los modelos clásicos de desarrollo, por otro lado es un proceso complejo y difícil e incluso imposible de promover cuando, por ejemplo, la administración es centralizada o coercitiva en el punto de imponer su propio modelo de desarrollo y no dejar lugar a las iniciativas locales. Tal es el caso en Haití, que a pesar de proyectos de ley para la instauración de una nueva política de descentralización, durante varias décadas prevaleció una política económica muy centralizada. El desarrollo local permaneció sin conexión con las necesidades locales aplicándose de manera un tanto dudosa en un contexto donde la influencia del Estado es siempre fuerte. Además de no haber sido asociadas a las elecciones de las acciones del desarrollo local, las poblaciones tienen dificultades para apropiarse el espacio geográfico y económico. Otra dificultad con la que el desarrollo local se enfrenta en Haití son las bajas de las rentas de la población. Los esfuerzos de desarrollo siempre han tropezado con la extrema pobreza del territorio. Esta situación a menudo deja a los habitantes en una situación de asistencia, contexto en el que esperan muy poco de las autoridades públicas y de la ayuda internacional.





II.- Lo local como dimensión de análisis
En 1987, Haití adoptó la opción de romper con su pasado tradicional, de régimen político despótico y centralizado, por medio del voto de una nueva constitución. El proyecto de reforma estatal se dibuja introducido de las modificaciones profundas en relación con los tres poderes del Estado, donde la innovación se hace incluso en la historia institucional del país con la creación de un grupo de instituciones independientes. Las reformas introducidas afectaron también el sistema de elaboración y aplicación de las políticas públicas por la opción hecha en favor de la descentralización, del ordenamiento del territorio y del desarrollo local. Sin embargo, estas exigencias constitucionales apenas fueron apoyadas por medidas legislativas y reglamentarias que debían acompañarlas. Hay que tener en cuenta que el desarrollo local como estrategia de acción es de una gran importancia en un país como Haití, que presenta los indicadores socioeconómicos más escasos del continente americano. Además, el Estado nunca ha podido plenamente asumir su papel de abastecedor de servicios.
La reciente crisis política, social y económica no hace más que empeorar las condiciones de vida, especialmente en las regiones rurales, volviendo aún más urgente la necesidad de reforzar y acelerar el proceso de desarrollo local.
La descentralización, aunque enunciada en la Constitución de 1987, no es efectiva todavía, manteniéndose aún en el discurso, la política de desarrollo local, no mencionándose los medios de su aplicación. La desconcentración de los servicios del estado es desigual en el territorio y a menudo poco efectiva por falta de medios. La fiscalidad municipal no genera suficientes recursos y las infraestructuras locales básicas casi no existen. El diálogo entre el Estado y la sociedad civil, tan esencial en la lucha contra la pobreza, es defectuoso y carente de acciones concretas.
La descentralización contribuye a promover el desarrollo local, democratizando los procesos sociales, aumentando la participación popular y reduciendo la injusticia social.
Descentralizar lleva a pensar en entrega de poder, en autonomía de decisión, control de recursos, mayores responsabilidades y competencias de regiones y localidades, de manera que pueda potenciarse la interacción y acercamiento entre el Estado y sus comunidades.
Las crecientes desigualdades sociales en el país deben motivar la definición e implementación de una amplia gama de políticas públicas, en donde la descentralización debiera ser perfilada como uno de los paradigmas claves para contrarrestar las tendencias desestabilizadoras del orden social. La descentralización debe ser una estrategia para responder a las nuevas exigencias del mundo global. Consolidarla y constituirla como tal, es central para alcanzar la autonomía y el desarrollo territorial, es el reto que tiene el país.
La descentralización podría llegar a impulsar el desarrollo local, motivando la acción colectiva y generando capital social, que se traduciría en políticas mejor enfocadas y con más aplicabilidad, políticas impulsadas desde la propia comunidad, dándole importancia a los temas centrales que orienten los ejes de desarrollo desde la ciudadanía.
2.1.- Desarrollo local: Proceso orientado hacia la cooperación y negociación de los actores
En una perspectiva de desarrollo local, el gobierno devuelve al conjunto de las interacciones entre los actores de una comunidad susceptibles de llevar un proyecto global común y de los proyectos específicos de desarrollo de su colectividad. Los proyectos estratégicos son los ejes de desarrollo de un territorio, los cuales permiten una reasignación de los recursos propios y la atracción de recursos externos de forma sistemática y ordenada para el mediano y largo plazo. No se trata de redistribuir los recursos disponibles a escala nacional lo que es mucho más complicado en el contexto de países en desarrollo, en particular Haití, sino de reforzar o construir las condiciones para que el propio dinamismo de estos espacios y de sus actores genere el desarrollo de los territorios.
Según Alejandro Casalis de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) citado por Carlos Oscar Piola “ya no se puede pensar al desarrollo de manera centralizada, ni planificarse de “arriba hacia abajo” haciendo abstracción de las diferencias económicas, culturales, políticas y sociales entre los territorios y los actores que las encarnan”. Especialmente en Haití por ejemplo, donde existen grandes desequilibrios poblacionales y de recursos de distinto tipo, donde unas pocas comunas concentran el grueso de la población y la actividad económica, dejando vastos territorios en situación de abandono o rezagados.
En este sentido, el desarrollo local debe entenderse como un proceso integral y de equilibrio tanto en términos sociales como territoriales en el que se promueve la concertación de actores, con fuerte articulación vertical y horizontal, pero pensado y gestionado “desde abajo”, es decir, a partir del fortalecimiento y protagonismo de los actores del territorio. En pocas palabras, el desarrollo local pone el acento en el aprovechamiento del potencial de un territorio.
Cada territorio dispone de un determinado número de recursos (humanos, económicos, culturales e institucionales) que constituyen su potencial de desarrollo endógeno. Este concepto engloba los recursos materiales, la infraestructura de transporte, las comunicaciones y telecomunicaciones, la configuración urbana, así como el capital físico y humano es decir, el nivel de participación de sus habitantes, su formación y capacidad emprendedora (Vázquez, 2009). El territorio local representa un nivel pertinente para construir soluciones integradas, estructurales de largo plazo, en asociación y/o cooperación estrecha con las otras escalas a nivel nacional e internacional. Es preciso tomar en cuenta los aspectos endógenos, las desventajas y las oportunidades de los territorios para responder de manera pertinente y promover un desarrollo sostenible. El territorio puede entenderse, por lo tanto, como el entramado de intereses de todo tipo de una comunidad territorial, lo que permite percibirlo como un agente de desarrollo, siempre que sea posible mantener y desarrollar la integridad y los intereses territoriales en los procesos de crecimiento y cambio estructural (Scott, 1998).
Para Enríquez (2003), el desarrollo local es un proyecto de territorio concertado por los actores locales con el propósito de elevar la calidad de vida de sus habitantes de manera sistemática y creciente; el territorio redefinido como sujeto de desarrollo es el punto de partida para la definición de lo local y de su gestión.
A nivel local, se establecen relaciones de individuos y grupos que sirven para organizar de mejor manera la vida cotidiana. El desarrollo local entendido como estrategia territorial pone en valor los recursos propios (económicos, socio-culturales, políticos administrativos y medioambientales).
Para cumplir con los objetivos de desarrollo, se deben resolver, desde el territorio, algunos ejes que hacen al devenir del mismo. En particular, el desafío pasa por tres tipos de temas:
 Potenciación de lo existente (personas, recursos, empresas, gobiernos);
 Obtención de recursos externos al territorio;
 Gestión del excedente económico que se produce en el territorio (cómo usamos los recursos generados en él).
En ese sentido, el desarrollo local es un proceso mucho más socio-político que económico, en sentido estricto. Los desafíos son mucho más de articulación de actores y capital social, que de gestión local. Esto implica una visión de mediano y largo plazo, que establezca el punto de llegada y el horizonte que determina y da sentido a las acciones del corto plazo y que permita avanzar de manera gradual, la concertación de los agentes locales con agentes regionales, nacionales e internacionales, la construcción de un nuevo Estado democrático y descentralizado y el reconocimiento de que la realidad es diversa. Eso permitirá recuperar el valor de las particularidades, potencialidades e identidades territoriales, transformándose el desarrollo local en un instrumento necesario en la gestión de la diferencia en Haití, ya que los procesos regionales y locales, con sus diferencias, pueden y deben ser motor del desarrollo nacional.
No podemos desconocer el peso de las políticas institucionales de tipo sectorial que impactan sobre lo local de múltiples formas, por ejemplo, las políticas educativas, y las políticas de empleo. El desafío debería ser integrar “horizontalizando”, es decir, reconocimiento y optimando sectorial, pero leído en clave territorial a través de las acciones del sistema de actores locales. Para ello se requiere pensar y diseñar políticas desde lo local que operen sinérgicamente con esas políticas sectoriales.
En Haití, la ausencia de un nivel regional-institucional, desde pensar e implementar políticas de desarrollo que sean convergentes con las políticas sectoriales de impacto local, deja a los municipios en condiciones de extrema debilidad para posicionarse en temas que afectan sus territorios. La organización administrativa y territorial en departamentos, comunas, secciones comunales y localidades no coincide en elementos comunes y con dinámicas productivas, sociales y culturales similares. La dinámica local requiere municipios fortalecidos en su visión de futuro, con inserción activa en el medio y gestión de políticas propias y articuladas con las nacionales. Como lo menciona Gallicchio: "De nada sirve hacer las mejores experiencias desde lo local, si no tenemos un paraguas que nos proteja, que dé contexto y fortaleza a los proyectos que llevamos adelante. Estamos convencidos de que el desarrollo local será una política de Estado. Se trata de generar las capacidades, aportar recursos a los gobiernos locales articuladamente con el gobierno nacional". Los municipios en Haití están llamados a jugar un papel relevante en la convocatoria de actores para pensar y decidir localmente, siempre articulando las distintas lógicas e intereses legítimamente presentes.
Los procesos de desarrollo local son exigentes desde el punto de vista de recursos humanos en este sentido requieren acciones planificadas, sostenidas y también instancias de reflexión que alimenten las estrategias. Es necesario invertir en la capacitación para el desarrollo. Para ello importa tanto mantener instancias concretas de capacitación y análisis de temas que afectan lo local, como promover ámbitos de formación más profundos y sistemáticos, orientados a la comprensión del conjunto complejo de factores intervinientes en esos procesos.
El desarrollo local exige, pues, una actuación decidida desde las instancias públicas territoriales, lo cual hace obligado incorporar dicha dimensión en los programas de fortalecimiento de los gobiernos locales. La descentralización no puede limitarse únicamente a mejorar la capacidad de gestión eficiente de los recursos transferidos a los gobiernos locales y a la modernización de la gestión municipal. Estas tareas son fundamentales, pero la modernización de las administraciones locales debe incorporar también la capacitación en su nuevo papel como animadores y promotores del desarrollo local, a fin de construir conjuntamente con los actores privados y el resto de la sociedad civil local los necesarios entornos territoriales innovadores para el fomento productivo y desarrollo del tejido social local. Sólo así pueden los municipios en Haití colaborar en la generación de riqueza y empleo productivo, superando su tradicional rol asistencial. Es preciso, justamente, promover una estructura intermedia para actuar de forma más integradora en estos territorios. La cooperación, el diálogo, la ayuda financiera ha de ser lo más amplia posible para responder a las necesidades, pero han de ser controladas, armonizadas, arbitradas por un actor institucional. Este actor puede ser, en una primera etapa, una emanación del Estado en el territorio o, cuando sea posible, ser el resultado de un proceso de elecciones. Se ha de garantizar el interés general, por encima de intereses particulares, y tener una visión lo más completa posible.
III.- Aportes para una metodología de intervención: Líneas de acción y herramientas
El desarrollo local como enfoque territorial se vincula a la toma de conciencia creciente del papel de los recursos endógenos en la búsqueda de un desarrollo duradero originado en las fuerzas vivas locales y destinado a estas (CE , 1999), de “abajo-arriba”, debe buscar también intervenciones de los niveles de decisión del Estado (departamentos, comunas, etc.) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Es necesario que haya una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de “arriba-abajo” son importantes para el enfoque del desarrollo local.
Para posibilitar el desarrollo local en Haití, se deberán implementar un conjunto de acciones como:
 Fortalecimiento de las organizaciones comunitarias para generar condiciones locales al desarrollo. Constitución de foros de articulación de demandas locales. Creación de espacios de participación ciudadana. Impulso de la participación efectiva de todos los actores locales y desarrollo de los procesos democráticos.
 Promoción de la equidad de género para un desarrollo real. Apoyo a las organizaciones sociales involucradas en el desarrollo local. Organización de los grupos sociales y entidades actuantes en el ámbito local (ONG, asociaciones, instituciones, grupos de mujeres, etc.) para optimizar los recursos.
 Fortalecimiento de los sistemas educativos. Fomentar la capacitación de la comunidad para el emprendimiento y la iniciativa empresarial.
 Capacitación de los recursos humanos para impulsar los procesos de desarrollo local. Transmisión de conocimientos a todos los niveles para reducir las actuaciones asistenciales.
 Canalización de las demandas ciudadanas (sociales, económicas, culturales, de género, etnia, etc.) como primer paso para enfrentar la pobreza en los diagnósticos de necesidades de la población (Plan de Desarrollo Local).
 Fortalecimiento de la asociación municipal para poder abordar problemáticas comunes, teniendo como eje el territorio de actuación que comparten. Liderar proyectos de desarrollo regional ya que muchos municipios tienen en común diversos problemas, dentro de una misma planificación estratégica de su territorio.
 Identificación de los recursos y potencialidades productivas locales (desarrollo del sector agropecuario, investigación de mercados, apoyo a la comercialización de los productos locales, articulación mercados nacionales, regionales y locales con apoyo de instituciones locales, regionales y nacionales).
 Disponibilidad de recursos financieros. Necesidad de desarrollar líneas de micro-financiamiento para los proyectos locales de inversión (apoyo a iniciativas locales de empleo).
 Construcción de infraestructuras básicas, sobre todo en los municipios rurales, que son la mayoría: Alcantarillado, acueducto, relleno sanitario, baterías sanitarias, escuelas, instalaciones de salud, etc.
El establecimiento de acuerdos, convenios o compromisos con las contrapartes en territorio son elementos claves para posibilitar o generar el desarrollo desde el ámbito local en un país como Haití.

Referencias
 Antonio, V.2009. Desarrollo local, una estrategia para tiempos de crisis.
 Barreiro, F.2000.Desarrollo desde el territorio: a propósito del desarrollo local. En http://www.iigov.org
 CIF – OIT; Programa Delnet: Curso de Gestión del Desarrollo Local; Edición 2009 – 2010; Unidad Temática 1: El desarrollo local como motor de cambio.
 Enríquez, A. 2003. “Desarrollo Local: hacia una nueva forma de desarrollo nacional y centroamericano”. Alternativas para el Desarrollo No. 80. FUNDE. San Salvador, El Salvador
 Gallicchio, E. 2003. Territorio local y Desarrollo. Experiencia en Chile y Uruguay.
 Mabel, M., Guillermo, N. 2006. Desarrollo Rural: Organizaciones, instituciones y territorios.
 Patricio, C. 2005. La perspectiva Latinoamericana de Desarrollo local.
 Piola, C.2008. Desarrollo local: pensando en el territorio.
 RIMISP, 2003. Desarrollo Territorial Rural
 Scott, A. 1998. Regions and the World Economy. Oxford, Oxford University Press.
 SINOPSIS, 2003. Desarrollo rural sostenible Enfoque Territorial.
 Winchester, L. 2002. Reflexiones sobre una propuesta para el desarrollo local en Chile. SUR Corporación de Estudios Sociales y Educación S/F. En: www.desarrollolocal.org.



Rubrique: Divers
Auteur: Junior FANFAN | junior_fanfan@yahoo.fr
Date: 13 Fév 2012
Liste complète des mémoires et travaux de recherche